LOS ABEJORROS SON MÁS OPTIMISTAS DESPUÉS DE TOMAR DULCE
Un experimento nos muestra que las emociones tienen un origen evolutivo remoto.
A veces tendemos a pensar que los insectos sociales como las abejas o las hormigas son miserables criaturas casi robóticas, condenadas a trabajar para sus reinas sin cuestionarse las órdenes. Pero también tienen su corazoncito y albergan sentimientos; por lo menos el del optimismo, como se desprende de un curioso estudio realizado por científicos de la Queen Mary University de Londres y del que se ha hecho eco la revista Science.
Los investigadores realizaron el experimento con 24 abejorros, a los que entrenaron para que se introdujeran en una cámara donde había dos puertas: la verde conducía a un recipiente con agua y la azul, a un líquido con alimento. Por supuesto, preferían las segundas.
Pero a continuación, repitieron el ensayo con una puerta de color verde-azulada. Antes de soltarlos a ver cómo reaccionaban, la mitad de los abejorros fueron «dopados» con una gota de agua que contenía una gran concentración de azúcar, el equivalente a un bombón. Estos fueron los que más rápido se lanzaron al ambiguo destino; es decir, se mostraban más optimistas que sus congéneres.
Los científicos descartaron que el «subidón» de azúcar simplemente les diera más energía, porque luego todos iban igual de rápido a las dependencias azules, donde sabían positivamente que había comida.
También comprobaron que la dosis de azúcar les daba ánimos para escapar rápidamente de una trampa similar a las de las arañas. Si bloqueaban la secreción del neurotransmisor dopamina, relacionado en los humanos con los circuitos cerebrales de la recompensa, los abejorros no se mostraban tan animosos.
Esto demuestra que emociones como el buen humor y el optimismo se producen en sistemas nerviosos tan elementales –en comparación al nuestro– como el de los insectos, y que su origen evolutivo es muy remoto.
Fuente: Muy Interesante